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25 títulos nacionales, 15 subcampeonatos locales y haber sido finalista en una Copa Libertadores son sólo algunos datos estadísticos que hacen de Universitario de Deportes uno de los clubes más importantes no solo del Perú, sino también de Sudamérica. Se podría hablar mucho de la grandeza de esta institución que ha visto pasar por sus filas a los más grandes jugadores de la historia del fútbol peruano. Pero… tenemos que hablar ahora de su aciago presente.
Deudas ingentes con la Sunat, meses debiéndole a sus jugadores, y ni que decir de lo que le adeudan a los empleados del club, y un presidente que a principios de año se graduó como el más grande vende humo de la historia al prometer que haría de la ‘U’ una institución como el Barcelona. Ah, el de Guayaquil seguro. No. Nada más y nada menos que como el de España. Sí, leyó bien, como el de España. Todo esto, y mucho más, han dañado la gloria de un club que, así como aquellos niños que están bajo la tutela de padres inescrupulosos que prostituyen a sus vástagos, no tiene la culpa de estar en manos de gente perversa que sólo quiere aprovecharse de él.
Una pretemporada que demoró en iniciarse porque aún no les pagaban a los jugadores lo del año pasado, puntos perdidos en mesa, que casi llevan al descalabro a los cremas, camisetas pintadas con plumones, jugadores que se pusieron la casaquilla de entrenamiento al revés en son de protesta, juveniles que jugaron dos partidos seguidos en el Cusco exponiendo sus vidas, un estadio sancionado y una disputa encarnizada entre socios por apoderarse de la entidad merengue, son sólo unas cuantas perlas de la nefasta gestión de Julio Pacheco como presidente de Universitario.
Si a todas luces ha sido un fracaso su gestión, tanto en lo deportivo como institucional, y ya no tiene ninguna credibilidad con los jugadores, ¿por qué entonces Pacheco se aferra a quedarse al frente de la ‘U’? El doctor Jorge Alva Flores, hombre plenamente identificado con los colores cremas, parece tener la respuesta cuando afirmó hace unos días que “lo único que busca Pacheco es apropiarse del club para luego venderlo”.
Si eso es verdad, estamos entonces ante un falso mecenas, un fenicio del fútbol, una encarnación de la mentira. Alguien que sólo nos debe inspirar un rechazo total, alguien a quien hay que decirle todos, al unísono, que se largue ya. Que busque otros nichos de negocio, otra institución a quien chuparle la sangre, que ya bastante ha mancillado a este glorioso club. Que si quiere seguir haciendo sus ‘cochinaditas’, mejor que se vaya al Congreso. Es más, le proponemos recaudar las firmas necesarias para que funde su propio partido político. Total, sangre política -entiéndase como la peor versión de lo que significa ser político en nuestro país- tiene. Y mucha. Digámosle que allí recuperará, y con creces, lo que ha invertido en la 'U'. Les aseguro que no lo dudará.
